martes, 26 de abril de 2011

¡HACIA ROMA Y MÁS ALLÁ!

¿Desde cuándo es importante para un estado laico fortalecer relaciones con un estado religioso a través de una ceremonia de beatificación? ¿Ello beneficiará a nuestra economía? ¿generará inversiones? ¿fomentará el empleo en México?

Nuestro presidente puede creer en lo que se le antoje, inclusive en dogmas medievales. Pero se le olvida, lamentablemente se le olvida, ignorando nuestra historia, que su investidura nos representa a todos los mexicanos.

Es una lástima su decisión de asistir, ya que mediante este hecho nos confirma mundialmente como lo que somos: un país subdesarrollado, gobernado por personas supersticiosas e ignorantes.