Yo digo que para qué pelearse: si los fapistas y perredistas quieren hacer su consulta petrolera al "pueblo", pues que la hagan cuando y como quieran; que le inviertan, y que se quemen ellos.
No tiene sentido rogarles que no lo hagan, ni demostrarles con argumentos que están equivocados en llevar de regreso la representatividad de los diputados y senadores hacia la gente, o que la figura del referendo no existe en nuestras leyes; cuando su verdadero objetivo es retrasar lo más posible, si no es que reventar, cualquier proyecto de reforma a PEMEX.
Una buena idea sería dejarlos solos, loquitos embarcados en su alucinante pejeaventura, continuar trabajando en el Congreso como si estos dementes no existieran, y que ningún legislador o funcionario emita pronunciamiento alguno al respecto, por no venir al caso, ni ser procedente lo que plantean.
De nuevo, más pronto de lo que pensábamos, estos cerebritos volverán a quedar en gran ridículo, al margen de las grandes decisiones nacionales.
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