¿Morena? El nacional socialista López Obrador vuelve a la carga para dividirnos otra vez a los mexicanos, ahora con un discurso de índole racial, sutilmente disfrazado como un asunto de dignidad o de orgullo, identificando a enemigos y traidores a los que hay que eliminar, y presentándose él mismo y a su movimiento como “salvadores”.
López maneja tanto el lenguaje como los símbolos del inconsciente colectivo a la manera de Hitler, moviendo emociones que pudieran generar enfrentamientos absurdos entre los mexicanos. Y como pasó con Hitler, su propuesta de “regeneración” tiene el riesgo de acabar en exterminio.
Ojalá los perredistas perciban lo delicado de esta situación, y se decidan a hacer a un lado a este nefasto líder que merece el mismo destino de ridículo y olvido que se ganó a pulso el hoy abandonado Marcos.
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