miércoles, 2 de julio de 2014

LIBERTAS (Spanish and English version)




LIBERTAS

Anclada para no volar
Dubrovnik hinca sus torres de proa en el Adriático.

El mar estrella espejos contra murallas que se disuelven 
en lo blanco de la luz.
Las piedras guardan voces en sus serpientes y escaleras.

Adentro, en los secretos jardines, torcidos árboles aún susurran 
ciertos nombres en voz baja:
Odiseo, Jasón, Orlando, Solimán, Marco Polo, Napoleón, Maximiliano
o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 

Los tejados, en orden rojo de palomas congregadas
buscan manantiales de sol entre las plazas
y del agua de las fuentes brota un murmullo de mercado antiguo, 
un coro de oro orquestado en Venecia

NON BENE PRO TOTO LIBERTAS VENDITUR AURO*

Flores asoman y aroman descubiertos huertos y canchas verdes,
patios, columnas, arcos, mesas y francesas guillotinas.

Los patios traseros son fachadas con ventanas abiertas 
al aire que pasa quebrado entre las calles.
Se tienden carpas y ropajes, vuelan velas sobre el azul.

En el casi beso entre muros de mezquita y sinagoga,
lenguas de piel se aman con mudos alfabetos.
Más allá, una farmacia medieval exhibe frascos
con dosis exactas para curar la ignorancia.

Frescos jirones de tiempo enseñan las paredes de la Catedral 
donde un Cristo en balanza se inclina contra el comunismo.

Al cielo sube la música octagonal de los conventos.
Un sacerdote trae a San Blas de cabeza
y a cambio San Blas sostiene en vilo a la ciudad
mientras a sus pies naufragan los barcos enemigos.

Ruinas hacen ruido:
remotas batallas bajo la Stradun. 
Los silos guardan siglos
de resonancias magnéticas y estallidos,
gemidos soterrados,
entierros.

Esta vez el fuego llegó no sólo del mar, 
sino desde las montañas a la Minčeta: 
hubo qué enterrar otra vez los expuestos huesos, cerrar heridas.

Ahora el comercio llena las calles de nuevo,
el puerto acoge banderas que se replican en transparencia aguamarina.
Las naves flotan sobre su sombra acostada en el lánguido lecho.

Los niños desde la escuela miran al mar y repiten su clase de Historia.


Roberto Mendoza Ayala
Nueva York, 1o. de julio de 2014

*La libertad no se vende ni por todo el oro del mundo



LIBERTAS

Anchored so it won't fly away
Dubrovnik digs its prow towers on the Adriatic.

The sea breaks mirrors against dissolving walls
in the white-side light.
The stones keep voices in their snakes and ladders.

Inside, in the secret gardens, twisted trees still whisper
some names quietly:
Odysseus, Jason, Orlando, Suleiman, Marco Polo, Napoleon, Maximilian
o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 

The roofs, in red order as congregated pigeons
search for sun-springs between the plazas,
and from the water sources sprouts a murmur of ancient markets,
a chorus of gold orchestrated in Venice.

NON BENE PRO TOTO LIBERTAS VENDITUR AURO*

Flowers poke and scent uncovered orchards and green courts,
patios, columns, arches, tables and French guillotines.

Backyards are facades with windows open
to failed air passing through the streets.
They tend tents and clothes, sails flying over the blue.

In almost a kiss between mosque and synagogue walls,
leather tongues love each other ​​in muted alphabets.
Beyond, a medieval pharmacy displays jars
with the exact doses to heal ignorance.

Frescoes, rags of time, show the walls of the Cathedral
where a crucifix in balance tips against communism.

The octagonal music of the convents ascend to heaven.
A priest holds the head of San Blas upside down.
In exchange, San Blas holds the city in suspense
while at his feet enemy boats are shipwrecked.

Ruins make noise:
remote battles under the Stradun.
The cellars store centuries,
magnetic resonances and blasts,
buried wails,
burials.

This time the fire came not only from the sea,
but from the mountains behind the Minčeta:
they had to bury again the exposed bones, close wounds.

Now trade fills the streets again,
the port welcomes flags replicated in aquamarine transparency.
The ships float over their shadow lying in the languid bed.

Children, from the school overlooking the sea, repeat their History class.



Roberto Mendoza Ayala
New York, july 1st, 2014

*Freedom is not in sale not even for all the world's gold 


Imágenes/Images: Dubrovnik by Roberto Mendoza Ayala


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