viernes, 6 de junio de 2008

LA CONSULTA DE LA CONSULTA DE LA CONSULTA

Yo digo que para qué pelearse: si los fapistas y perredistas quieren hacer su consulta petrolera al "pueblo", pues que la hagan cuando y como quieran; que le inviertan, y que se quemen ellos.

No tiene sentido rogarles que no lo hagan, ni demostrarles con argumentos que están equivocados en llevar de regreso la representatividad de los diputados y senadores hacia la gente, o que la figura del referendo no existe en nuestras leyes; cuando su verdadero objetivo es retrasar lo más posible, si no es que reventar, cualquier proyecto de reforma a PEMEX.

Una buena idea sería dejarlos solos, loquitos embarcados en su alucinante pejeaventura, continuar trabajando en el Congreso como si estos dementes no existieran, y que ningún legislador o funcionario emita pronunciamiento alguno al respecto, por no venir al caso, ni ser procedente lo que plantean.

De nuevo, más pronto de lo que pensábamos, estos cerebritos volverán a quedar en gran ridículo, al margen de las grandes decisiones nacionales.

jueves, 5 de junio de 2008

LO QUE ES YA NO CREER

No comparto la impresión de muchos, que consideran que la guerra contra el narcotráfico la está perdiendo el gobierno mexicano.

Para mí está claro que por más espectaculares que sean las ejecuciones aisladas y los asaltos sorpresivos de grupos paramilitares; por más vehículos y armamento que éstos exhiban en los tiroteos; por muy entrenados y audaces que parezcan los integrantes de estos grupos, nuestras autoridades están combatiendo a una guerrilla cuyos integrantes están siendo cazados sistemáticamente, uno por uno.

No importa si son diez mil o cien mil aquellos dispuestos a matar o a morir defendiendo "sus plazas" con un cuerno de chivo entre las manos: su número es finito y por mucho inferior a la cantidad de elementos que el Estado mexicano puede desplegar, y no existe día en que estos delincuentes no sean capturados por decenas en todo el territorio nacional.

De igual forma, a diario los elementos policiacos y militares confiscan por miles lo que por muchos años dio vida y sostuvo a este negocio ilegal: cargamentos de droga, dinero, armas, vehículos y propiedades. No hay "empresa" que aguante tantas pérdidas de manera tan prolongada; de hecho ya existen indicios de un encarecimiento de sus productos.

Mi impresión es que esta actividad terminará por hacerse tan riesgosa que la mayoría de estos delincuentes, si es que antes no son muertos o capturados, acabarán por huir y emigrar a otros países.

Sólo unos cuantos, los más discretos y silenciosos, sobrevivirán en el negocio y llevarán a cabo sus actividades tratando de no involucrar a sus familias y comunidades, evitando en lo posible el fomento del consumo local, pues el adicto es la punta de la madeja que puede llevar a localizar al narcotraficante.

Cuestión de tiempo y de mantener el ritmo que hasta ahora ha llevado nuestro gobierno, lo que merece todo nuestro apoyo como sociedad, hasta reducir el problema a su mínima expresión.

viernes, 9 de mayo de 2008

LEYENDO ENTRE LÍNEAS. COPA O CARAS

Observo un papel en blanco por el tiempo suficiente: bastan no más de treinta segundos para que de súbito lo que antes era una mancha inerte y sólida comience a poblarse de vida.

Los signos siempre han estado ahí. Me esfuerzo por mirar, en taladrar con la mirada la superficie para encontrar los hilos, las sombras, esas oleadas de gusanos grises esparcidos a todo lo ancho, y que se mueven de manera incesante.

Habrá quien mencione las fosforescencias de la retina, los complementos de las últimas imágenes o colores vistos por los ojos. Yo digo que existe un más allá de la simple trama. Que el tejido del mundo tal y como se nos muestra, oculta infinitas capas visuales que corresponden a los diversos momentos de la existencia. Universos paralelos, tiempos coexistentes, quizás; antimateria, dirán otros. Escarbo con los ojos levantando las capas, las ruinas, los avisos difusos que encuentran acomodo de inmediato: palabras apenas balbucidas y titubeantes que debo pescar al aire y acomodar hasta que de manera estruendosa y firme comienzan a llamarse unas a otras, para volar juntas como parvada de cuervos que me sacarán los ojos una vez mostrada toda la fuerza de lo e-vidente.
Los seres humanos, las personas, somos quienes cargamos de significado lo escrito, al haber establecido de manera arbitraria un código común para la lectura. Con todo, aún lo escrito con intención posee diferencias de signo a veces fatalmente definitivas para las personas. Los juicios, las leyes, las guerras, todo contrato, las más agrias disputas legales dejan constancia de ello.

Leer entre líneas tiene su mérito: encontrar en las frases significados adicionales más allá de lo literal.

Un problema: muchas veces el propio escritor descubre esos sentidos –exactos, innegables- con posterioridad, por comentarios de otros lectores. Todo lo que se entiende en lo que está escrito lo dijo además de, o a pesar de, su tosca intención primaria. Es sabido también que en las peores traducciones de las mejores obras, éstas últimas jamás demeritan: se enriquecen gracias al error o la intención fallida. Existe una especie de cordón que jala los significados del texto hacia un abalorio virtual.

Pero el mundo del fondo, el recorte, la silueta que emerge de los párrafos -¿copa o caras?- merece tanta atención como las letras: ése es el significado preciso y oculto de la lectura entre líneas.

Entrecerrando los ojos ante la página escrita, la serie de huecos hace sentido: caracoles, escaleras, tormentas, dragones, dibujos, ríos, nubes, lagartos, mapas, rostros, nuevas palabras. Las figuras no se establecen sólo de manera azarosa como resultado de la formación del texto: existe un lenguaje paralelo, un ritmo vital en los espacios blancos. Puede establecerse una conexión inmediata entre el sentido literal del texto, y la música que de él emana en la forma de siluetas escondidas entre las frases. Es el Tarot de las palabras. Los espacios entre las palabras, las figuras que nacen ahí, merecen nuestra atención tanto como la dispersión de sesenta y cuatro palillos chinos tirados al formular una pregunta.

Jugar al poema y hacer un sapo o un árbol (como Tablada) a partir de las palabras establece una relación directa: lo escrito es simultáneamente la imagen. Pero el fondo, sin embargo, de inmediato surge rebelde e imprudente, como queriendo decirnos algo que aún no nos hemos atrevido a escuchar. Jugar con el fondo, mirar al fondo, ésa es la clave.

Ejercicios: generar un libro a partir de juegos de luces y sombras de párrafos (¿y qué no es sino solamente eso la palabra escrita?); contrastar al extremo las páginas de un libro impreso, destacar las figuras más evidentes que nazcan de su relación con lo escrito.

jueves, 17 de abril de 2008

EL PEJE A LA MEDIANOCHE

¡Aguas, señores legisladores!
No se les vaya a colar el peje a la medianoche.

A ninguno de ustedes se le ha ocurrido que el siguiente paso del tenebroso López sea intentar proclamarse presidente de México en nuestros recintos legislativos.

Basta observar con atención los extraños movimientos del caudillo, leer un poco de historia (la nacional y la de los peores dictadores fascistas; y también la de López, la personal), para adivinar cómo y hacia dónde piensa ir ésta vez.

Aprovechando la presencia de masas delirantes en las calles, y con sus legisladores incondicionales dentro de las Cámaras, llegado el momento, todos en un descuido serían invitados a fungir como testigos de honor de la toma de protesta, donde López en su demencia es capaz de "disolver" al Congreso y nombrar un nuevo Constituyente ahí mismo.

Antes de que avancen las probabilidades de que esta locura posible ocurra, acorde con el caracter mesiánico y de autoinmolación del peje, es preciso poner orden y no ceder ante el chantaje o la amenaza. El Estado debe utilizar ya todos los medios legales y legítimos a su alcance, aún la fuerza pública, para terminar con este sainete y recuperar los simbólicos -y por ello importantes- espacios secuestrados.

El tema del petróleo ha sido sólo un pretexto muy a modo para el caudillo, enmedio de su obsesiva lucha por el poder.

No es agradable, no es políticamente correcto decirlo, pero alguien en el gobierno mexicano tiene que tomar decisiones al respecto. Es cuestión de la supervivencia del Estado tal y como lo conocemos.

Históricamente, bastante daño ya le han hecho a nuestro país los caudillos patrioteros. ¿Tendremos qué soportar a otro López?

viernes, 21 de marzo de 2008

PAPAEL

Estaba orgulloso por llevar encima la fotografía del más querido, del más carismático de los Papas que en la Historia hubiera existido. Fundamentalmente en tonos azules, pues de ese color era la capa que se vislumbraba sobre sus hombros, por lo demás la piel estaba hecha casi toda de minúsculos puntos magentas, que combinados con algunas partículas amarillas, azules y negras aparentaban una piel morena y tersa. La imagen había sido retocada por una agencia de relaciones públicas italiana, que la ofreció a la prensa mundial en un conjunto de fotografías frescas de su representado. Llegó al taller quién sabe cómo, parece que alguno de los empleados de la imprenta la trajo de su casa, donde había sido olvidada en algún cajón luego de la visita que hiciera a México el llamado Santo Borgia. Imagen que fue llevada al cuarto de los negativos, donde se realizaría la selección de color; de ahí a las láminas fotosensibles, finalmente al papel.

Un papel destinado a llevar hasta su disolución la venerada estampa, no podía haber sido hecho de cualquier celulosa. Examinadas con atención al microscopio, las fibras del producto se alineaban en una multitud de cruces que confirmaban la supremacía del catolicismo sobre cualquier otra verdad religiosa. Y puestos a indagar del origen de los árboles, encontraríamos la sorpresa que ese lote provenía de un conjunto de troncos cortados clandestinamente en Michoacán, donde hacía cien años los entonces retoños fueron regados con la sangre de varios cristeros fusilados en pleno bosque.

Así, papel e imagen estaban felices por su matrimonio, por empatar uno con la otra de manera divina.

Ni siquiera el tiradero, lugar donde finalmente llegan la mayoría de los impresos, aún los más pretenciosos, fue indigno en el trato que debía darse a la pareja: un sordo murmullo, una vocinglería, un rumor como de rezo emanaba del soporte y de los colores todavía firmes. Era imposible que millones y millones de oraciones, de buenos deseos y sentimientos para el personaje se disiparan en una nada inútil: el noble rostro del anciano, que destilaba una beatitud y una paz suficientes para convertir de manera instantánea hasta al más descreído, quedó protegido en el muladar al que había ido a parar después del desalojo violento que unos agentes hicieron de una casa donde se refugiaba un grupo de criminales devotos.

El cartel con el retrato quedó felizmente a resguardo de las inclemencias climáticas al formarse entre la basura una especie de bolsa, una cueva imposible sostenida en su bóveda por solamente esa hoja de orgulloso papel que ostentaba la cara del Papa, lo cual le daba una fortaleza estructural semejante a la del mejor acero, y que le hizo resistir gallardamente sosteniendo sobre su lomo el peso de toneladas y toneladas de porquerías que fueron acumulándose en la superficie mientras en el interior del secreto escondite refulgía la bendita luz de lo milagroso. Pues en la oscuridad, los colores permanecieron, ya que al no haber interacción con la luz del día que poco a poco va lamiendo los rojos y los amarillos de cualquier impreso, se conservaron por mucho tiempo los tonos originales de las tintas. Sólo el papel fue tornándose pardo pues los residuos de las sustancias que intervinieron en su fabricación, paradójicamente blanqueadores, con el tiempo actuaron en sentido contrario sobre la superficie.

Papel e imagen pasaron años a la sombra de una manera particularmente gozosa, donde el retratado parecía observar de manera permanente los restos de unas botellas de plástico que también resistían de manera feroz a la degradación: polímeros, producto ordinario extraído de las profundidades de la tierra, originalmente petróleo y antes que eso simple escoria vegetal, resto inútil de dinosaurios e insectos comprimidos hasta la licuefacción por las presiones telúricas.

¿Sería el olvido? ¿Cuánto dura el efecto de las oraciones? El caso es que pasado mucho tiempo sin mayor deterioro de hoja e impreso, cierto día una acumulación de gases naturales provenientes de la descomposición de la basura, prendió chispa provocando un infierno subterráneo que se extendió rápidamente por todo el relleno, provocando en la superficie el pánico de los pepenadores, que no podían realizar su labor respirando el humo tóxico y el mal olor que despedía aquel mar de desperdicios.

La mirada fue lo último. Sólo los ojos del santo, fijos en un punto, proclamaban con rabia su indignación, la furia de extinguirse junto a tanta cochinada cuando el fuego, en ardor subterráneo, indudable victoria del Mal, alcanzó su imagen por tantos años incorruptible.

viernes, 7 de marzo de 2008

POEMA

LO QUE NO SABEN

Flor de azahar:
en tu jardín de alas la noche es perfume verde,
canto de violetas donde la vida en rosa,
dicen los que saben, dura un año.
Yo digo que es sólo un minuto,
donde el canto siempre renovado de tu voz
llama y quema las manos.

La verdad desnuda es esta que me das
con la mirada rebosante de mañanas.
No se te ocurra despertarme
que así estoy bien, soñando
el nocturno Nilo desde tus espejos de agua.

Verdad es también
la geometría de tus labios,
el corazón rojo y triangular de tu boca,
que me nombra lobo y guardián marino
de tus profundidades de sal.

¡Ave profunda, marina y silvestre!
Sólo para la ciega Ignorancia,
hada malvada y cimitarra.

lunes, 3 de marzo de 2008

DE EXPORTACIÓN

Buenos para el borlote, Chávez y Correa, presidentes de Venezuela y Ecuador respectivamente, se indignan hasta el despliegue militar porque el gobierno colombiano ha puesto al desnudo el entramado narco-petrolero-económico-guerrillero-militar que sustenta el sueño guajiro y expansionista, que no bolivariano, del dictador electo Hugo Chávez. Como para que la piensen los que todavía son proclives a recibir los besos y el afecto de latinoamericanos gorilas comandantes, a quienes justifican en sus trapacerías ya sea porque se oponen al "imperio", o porque el poder también es cultura, y los tiranos presumen de cultos rodeándose de intelectuales tan, pero tan brillantes, que están cegados políticamente. Vergüenza y preocupación da que una mexicana, herida o no, esté implicada en la guerrilla colombiana. O bien nuestros pervertidos "luchadores sociales" ya son producto de exportación, o la presencia allí de esta mujer es un indicio que en México pudiera consolidarse pronto una simbiótica alianza entre narcos y guerrilla. Una siniestra combinación de fuerzas que tantas muertes inútiles, durante tantos años, ha provocado en el país hermano de Colombia.

Enviado a Reforma, el 03 de marzo de 2008