domingo, 25 de agosto de 2013

EDUCANDO AL CAVERNÍCOLA


¿Cuántos días llevan sin clases los alumnos de los cavernícolas que se encuentran asolando la ciudad de México?

Propongo una solución: dar de baja de manera sumaria a aquellos maestros que al lunes 26 de agosto no se presenten en el salón de clases, por los más de tres días seguidos de ausencia injustificada, tal y como lo señala la Ley.

Las plazas entonces disponibles podrían ser de inmediato adjudicadas en concurso, convocando de manera urgente a los miles de jóvenes profesionistas desempleados en Oaxaca y Michoacán que estuvieran dispuestos a una capacitación de treinta días en pedagogía, donde se les pusiera al tanto de materias, libros, contenidos, etcétera.

Esos muchachos le harían un beneficio inmenso a los estudiantes de estos estados, que llevan decenios sin completar un solo curso de primaria o secundaria de manera decorosa. El Estado mexicano tiene las facultades necesarias para despedir a los incumplidos y contratar a maestros emergentes de manera temporal o definitiva, dentro del marco de las nuevas normas que está aprobando el Congreso.

Ello representaría una oportunidad de empleo para los profesionistas locales, un beneficio académico para cientos de miles de niños de las zonas marginadas del país, y un impulso vigoroso para el desarrollo educativo en esos estados.  

Existen las leyes necesarias, están los profesionistas disponibles. Aquí hay una propuesta viable ¿Habrá voluntad política, imaginación, coraje para implementarla? ¿O pensamos seguir igual por los siguientes cincuenta años?

Publicado en Reforma el domingo 25 de agosto de 2013

lunes, 12 de agosto de 2013

El Anatsui: sin desperdicio




EL ANATSUI es el nombre de una artista africano nacido en 1944 en Ghana, y posteriormente radicado en Nigeria, -donde realizó sus estudios-, que ha presentado en todo el mundo sus trabajos realizados con materiales de desecho. 

El planteamiento no es nuevo, pero muchos artistas contemporáneos pretenden realizar instalaciones "ecológicas" con basura orgánica, excrementos, sangre, y todo tipo de materiales degradables que posteriormente representan un problema para almacenar, conservar, transportar y exhibir de nuevo.

En el caso de El Anatsui, la premisa de la permanencia de la obra de arte está garantizada mediante una elección sabia de los materiales que permiten su conservación a futuro sin fanatismos ni poses absurdas: aluminio, cobre, hojalata, madera, arcilla, recogidos en cualquier lugar de las calles africanas donde los servicios públicos brillan por su ausencia, y que han ido convirtiendo muchas ciudades pobres del continente negro en auténticos basureros.

No es la pretensión de El Anatsui reciclar los materiales para acabar con la basura, ni tampoco crearle "conciencia" a nadie: simplemente considera que utilizar los elementos baratos o gratuitos que el artista tiene a la mano le va a redundar a éste en la satisfacción de tener más tiempo para crear sin preocuparse por el costo o la adquisición de los mismos. Obras creativas, durables y hasta con la posibilidad de mayores dimensiones que si fueran hechas con materiales salidos de fábrica.

Pero la sorpresa con este artista no termina ahí. Que utilice desechos para realizar su obra es digno de mención, pero no es lo más notable de su trabajo: éste se encuentra atravesado por una poderosa vena de originalidad y de belleza que ya se extraña en la mayoría de los artistas contemporáneos. Hay intención, tradición, conocimiento, historia, discurso, técnica y concepto en cada una de sus creaciones.

Para la exhibición que tuvimos la oportunidad de apreciar en el Brooklyn Museum, El Anatsui no dudó en adaptar cada una de sus obras a los espacios disponibles, -sus "cobijas" de elementos metálicos permiten una gran flexibilidad-, logrando una integración completa con el ambiente arquitectónico. 

Después del recorrido por la propuesta vital y hermosa de este artista, uno no puede menos que sentir conmiseración por tantas obras tan inútiles como efímeras de pretendidos "vanguardistas" que buscan sorprendernos con instalaciones "conceptuales" de dudoso o nulo contenido estético; la mayoría de ellas, esas sí, completamente desechables.

viernes, 26 de julio de 2013

¿RELIGIONES SERIAS?


Por supuesto no es lo mismo descabezar una gallina o untarse sangre de neonatos que comerse simbólicamente a una persona, pero esas diferencias rituales no hacen más "serio" el fondo de ninguna religión, que es el dominio de los hombres a través del pensamiento mágico. 

Las religiones son una forma de poder basada en el sostenimiento de la ignorancia, el sometimiento psicológico y la necesidad de congregarse o de ser aceptado que tiene el ser humano.

Existirán, acaso, religiones mejor organizadas y algunas serán más exitosas o poderosas que otras. Pero en su entramado todas tienen una historia negra tan grotesca como abusiva, que pretenden sea olvidada o ignorada. De eso, a hablar de religiones serias... 

Que habrá qué batallar siempre con ellas, sin duda. Qué nos queda, en tanto no se rebase el umbral de lo privado: me resisto a ver la ignorancia convertida en política pública, como en algunos lamentables ejemplos de gobiernos en México y en el mundo.

sábado, 6 de julio de 2013

PUENTES DE NUEVA YORK

Hace muchos años, de visita en Nueva York, nos hospedamos en Brooklyn en la casa de Nadia, una señora ruso-americana de plática muy divertida que rentaba cuartos a estudiantes, incluyendo a mi amigo Jorge Rodríguez Martínez, que cursaba una maestría en diseño industrial.

Cierto día caminamos horadando la Gran Manzana en todas direcciones. El regreso desde Manhattan hacia Brooklyn sobre el histórico puente lo hicimos hacia la medianoche. Mi hermano Eduardo, al contemplar la dimensión de la tarea que íbamos a acometer, con el agravante del frío glacial de diciembre, le preguntó a nuestro guía si no cenaríamos algo antes. El incansable Jorge se limitó a señalarnos un punto luminoso al otro lado del East River: "ahí hay un Dunkin Donuts".

Fue una perfecta estafa, porque nunca encontramos el dichoso negocio ni cenamos, pero de todas maneras nos divertimos muchísimo.

Este junio, fiel a mi política de regresar una y otra vez a los lugares que he recorrido -con la secreta intención de volverlo a hacer y quizás así vivir para siempre-, decidí cruzar a pie el puente de Brooklyn, ahora a pleno día, saboreando su arquitectura y leyendo cuanta placa conmemorativa se encuentra adosada a él.

Memorizando cada ladrillo, cada cable y cada viga; leyendo los nombres de los ingenieros y patrocinadores del puente que nadie lee nunca, queriendo absorber para mí y para siempre una parte significativa de la historia mundial.

Llegué a Brooklyn y vagué un rato por el distrito Dumbo contemplando las pizzerías, los edificios viejos de ladrillo, las modernizaciones, las conservaciones  y embellecimientos que emprenden autoridades y ciudadanos inteligentes, cuidadosos con el entorno. Pasé junto a un antiguo carrusel totalmente restaurado, cobijado por una estructura de cristal y acero diseñada por el arquitecto Jean Nouvel, premiado con el Pritzker.

Regresé sobre el puente de Manhattan, extremadamente ruidoso por el paso continuo de los vagones del metro. Sin embargo dispone un lado para el tránsito peatonal y otro para el de bicicletas.  Lo pasé a pie. La próxima vez pienso hacerlo en bicicleta.


El puente de Brooklyn visto desde el puente de Manhattan.

Una vista del Brooklyn Bridge Park. 
A la mitad de la foto, junto al río,  se observa 
el cubo de cristal con el carrusel.

Bajando el puente de Manhattan hacia Canal Street.

Debajo de uno de los arcos del puente de Brooklyn.



jueves, 20 de junio de 2013

LA BESTIA DE KANDAHAR

Enorme Hermano
hasta donde alcanzamos a ver
¿por qué tienes las orejas tan grandes?

Antes de comernos
líbranos, Señor, de nuestros enemigos.
No es intención contrariarte,
pero en esas desdentadas listas tuyas
un marcador cubre a los indiciados.

Aún así nos sentimos seguros
cuando dejas caer tu furia sobre los Elegidos,
animando cada tanto
nuestras pequeñas y breves existencias
con tu pirotecnia de vísceras.

Noches de Kandahar
acompasadas por el aleteo nocturno
de dioses mortales sin invitación,
aguafiestas de bodas y música de entierros.

La red se teje sobre el planeta:
los sabios lo saben,
y desesperados no encuentran la punta al hilo.

Se enlazan los nodos, la geografía se nos hace chiquita,
vamos quedando arrinconados
sobre este ladrillo triste
que quiebra el cristal
de una noche sin gemas.



Woody Allen





Que Woody Allen no toque el clarinete con un nivel mínimamente aceptable para los que estuvimos dispuestos a pagar por una audición suya fue una gran decepción.

Uno asumía que valía la pena escuchar a un genial director de cine, escritor y humorista al que además le da por tocar su instrumento con su grupo de jazz los lunes por la noche en el Café Carlyle de Nueva York.

Tal vez no me informé lo suficiente. Es posible que una breve consulta a los comentarios en línea del lugar me hubiesen abstenido de asistir. Mi conclusión: sigamos disfrutando de las películas de Woody Allen, sigamos festejando su humor y su excentricidad, sus libros y sus comentarios. Y no dejemos de admirarlo en el Carlyle.

martes, 4 de junio de 2013

EVANGELIOS APÓCRIFOS: El bullying del niño-dios

Agradezco al poeta y periodista andaluz avecindado en México, Juan Cervera Sanchís, el obsequio que me ha hecho de un ejemplar de Los Evangelios Apócrifos, en edición de 1963 por la Editorial Católica de Madrid.

Ejemplar de consulta para los especialistas, en este caso el libro goza del Nihil obstat, esto es, la autorización de los censores de la iglesia católica para ser publicado. Ello implica que a la par de los eruditos análisis y comentarios del compilador Aurelio de Santos Otero, quien nos da abundantes luces acerca del origen y evolución de estos textos, evidentemente quedaron fuera de la edición numerosos pasajes pues las versiones omiten versículos y hasta capítulos enteros, quizás por explicar de más o incluso contradecir las pulidas versiones de los evangelios canónicos aprobadas a principios del siglo IV.

Paradójicamente, en estos evangelios apócrifos se encuentran muchos de los elementos de la mitología cristiana que son parte informal de la tradición, o constituyeron material que numerosos artistas -y no olvidemos que las grandes obras de arte en Occidente fueron financiadas por la Iglesia-, retomaron para documentar ciertas imágenes pictóricas o literarias que han llegado hasta nuestros días sin que se encuentre referencia alguna de ellas en los libros del culto católico.   

Los ejemplos son numerosos: baste mencionar los nombres de Joaquín y Ana, abuelos de Jesús y padres de María; las referencias a los hermanos de Cristo; la presencia del buey y el asno en el nacimiento milagroso del Salvador en una cueva; los nombres de los tres reyes magos; el nombre de Longinos, soldado romano que atravesó con una lanza el costado del crucificado...

Estos evangelios apócrifos (apócrifo viene del griego: "cosa escondida, oculta"), devinieron para la Iglesia en libros de origen dudoso, cuya autenticidad se impugnaba. 

Lo extraordinario del caso es que la Iglesia misma no pudo desentenderse del todo de éstos, quizás porque aportaban algunos elementos no tanto verificables (pues ni siquiera la existencia misma de Jesús ha sido comprobada de manera histórica, y los testimonios escritos, los evangelios, -sean canónicos o apócrifos-, datan los primeros de por lo menos dos siglos después del supuesto nacimiento de Cristo) como contra-argumentales: corroboraban los "errores" filosóficos, teológicos o hasta dizque históricos en que incurrían las numerosas sectas o escuelas de interpretaciones (gnósticas, docéticas, encratísticas, maniqueas, monofisitas, bogomiles, coptas, y un largo etcétera) que se disputaban la titularidad del cristianismo que desde esa época iba decantándose hacia la forma del poder que actualmente conocemos.

No deja de ser fascinante, sin embargo, el paseo por la evolución de estos manuscritos, que se sucedían unos a otros en torrente conforme se diseminaban las enseñanzas de la doctrina cristiana  fundacional. 

Nada extraño que surgieran versiones incongruentes, adornadas, explicativas, disparatadas y hasta contradictorias de un mismo texto, al gusto de los intereses de cada secta, o bien de acuerdo a las limitaciones, humores, geografía, imaginación, información, educación o dominio de los idiomas que tuviese cada uno de los escribas encargado de realizar las respectivas copias o traducciones, en un tiempo en el que no existía la imprenta y el conocimiento era difundido de manera oral o manuscrita.

Como en un juego del teléfono descompuesto, entre decenas de anécdotas no oficiales, se asiste a la progresiva transformación de estos primitivos manuscritos expuestos a los más diversos accidentes: ortográficos, fonéticos, errores de copiado, diferencias de interpretación, mutilaciones, ilegibilidad por deterioro del soporte, etcétera. Todo explicado en el libro con abundantes anotaciones a pie de página que en muchas ocasiones, obviamente sin querer, confirman silogísticamente al lector la falta de autenticidad o  inspiración divina...¡de los evangelios canónicos!

Conforme la nueva religión se extendía, igual se multiplicaban sus textos, cuyo conjunto llegó a ser de varios cientos (más los que se acumulen, pues varios de ellos están perdidos y se conocen sólo por referencias), escritos en o traducidos al arameo, griego, latín, siríaco, hebreo y hasta francés; encontrándose fragmentos de los mismos desperdigados desde Etiopía hasta Rusia, pasando por Egipto, y llegando hasta la biblioteca Británica de Londres, por citar sólo algunos de los lugares donde han sido encontrados o están bajo resguardo. 

Al margen de cualquier otro que se les asigne, queda el valor literario de estos documentos, algunos de los cuales relatan pasajes fantásticos al estilo de las leyendas orientales, donde entre otras cosas interesantes descubrimos a un niño Jesús arrogante y violento, capaz de matar por medio del bullying mental a sus inocentes compañeros de juegos, que no sabían con quién se estaban metiendo.

Podría haber sido digno de incluirse en la antología de Cuentos Breves y Extraordinarios compilada por Borges y Casares en 1956, este Pasaje II del Evangelio del Pseudo Tomás que transcribo por su belleza de imagen y lenguaje exacto; anécdota que prefigura -siempre dentro de la tradición cristiana-, el mandato de Jesús a sus apóstoles:


1. Este niño Jesús, que a la sazón tenía cinco años, se encontraba un día jugando en el cauce de un arroyo después de llover. Y recogiendo la corriente en pequeñas balsas, la volvía cristalina al instante y la dominaba con su sola palabra.

2. Después hizo una masa blanda de barro y formó con ella doce pajaritos. Era a la sazón día de sábado y había otros muchachos jugando con él.

3. Pero cierto hombre judío, viendo lo que acababa de hacer Jesús en día de fiesta, se fue corriendo hacia su padre José y se lo contó todo: "Mira, tu hijo está en el arroyo y tomando un poco de barro ha hecho doce pájaros, profanando con ello el sábado".

4. Vino José al lugar y, al verle, le riñó diciendo: "¿Por qué haces en sábado lo que no está permitido hacer?" Mas Jesús batió sus palmas y se dirigió a las figurillas gritándoles: "¡Marchaos!" Y los pajarillos se marcharon todos gorjeando.

5. Los judíos, al ver esto, se llenaron de admiración y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús.