viernes, 22 de febrero de 2008

UN POEMA

DE PURO PLACER BEBO UNA COPA

No es natural que no me deshaga,
no sienta morirme en cada verso,
y que este poema hable sin sangre.

Es que festejar de tus ojos
el sabor que copio en tus labios...

Al mediodía reflejos azules de sierra
reverberaban en tus párpados,
donde lo más salado
era sólo el regalo del Mar Rojo,
y lo muy ácido
una broma alrededor de una copa.

Es la noche y me preguntas
qué quieres,
amartillando la mirada.

No existen desgarraduras.
Paradoja:
¡Si el dolor voló en pedazos
la Noche de Año Nuevo!

Sanseacabó
la frialdad del tiempo
en el paralelo cero de tu vientre…

(¿Ahora miras distinto esa línea?)

Tal vez, sí,
me acostumbre a abandonarme de mí,
a dejarme ser sólo contigo.

Pero una partícula con mi nombre
Bastará para seguir bendiciendo el tuyo.

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