Propones. Te equivocas. Corriges. Sigues las reglas. Te las saltas. Fijas tus reglas. Las cambias. Vas a tu ritmo. Te detienes. Fijas prioridades. Improvisas. Empiezas por lo menos importante. Abandonas. Regresas. Comienzas de nuevo. Te levantas temprano. Te desvelas. Decides no seguir. Inventas. Consultas. Te informas. Te informan. Mientes. Concedes. Te rindes. Atacas otra vez. Sabes lo que quieres. No lo sabes. Te engañas a ti mismo. Que siempre sí. Que siempre no. Mejor acá. Mejor allá. De un plumazo quitas algo que ya servía. La regaste. Te contradices. Te repites. Por mera tenacidad triunfas en algunas —muy pocas, contadas— ocasiones.
Así se escribe poesía.
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