martes, 4 de agosto de 2009

DE NUBE INQUIETA

De nube inquieta,
de algún silencio que en el sueño es grito,
de insospechada altura
bajaste.

Pudiendo caer a medio océano
y perderte en confusión de olas y encajes,
viniste a dar aquí,
precisa entre mis brazos
abrazando la luz antorcha
de tu cuerpo,
a media noche parida.

El grito soterrado que acallé
en la confusión del sálvese quien pueda,
devino en fractal susurro
que se diluyó en la ramificada espesura.

Una y otra y otra y otra vez saboreo
el golpe súbito,
el instantáneo incendio
que provocó tu inesperada acometida,
cuando la oscuridad huyó a trancos.

Evoco las dulces brasas, tus rescoldos
perfumando el alba.

No hay comentarios: