miércoles, 13 de enero de 2021

Tres estampas de la pandemia en México

 Primera. 

Le llegó su fiestecita.

La calle antes ignorada por la que hoy pasa un cortejo fúnebre cada día. 

 

Segunda. 

¿A dónde lo llevo?

La funeraria que hace unos meses tenía una carroza estacionada al frente, ya tiene cinco. Es el sitio de taxis de Caronte.


Tercera. 

Infierno.

Tres cuerpos alineados comparten una sola plancha en el crematorio. Encima de las familias se mezclan oscuras interrogantes que se van al cielo.


viernes, 20 de marzo de 2020

NEMONTEMI JOURNAL

New York City, 20 de marzo de 2020, viernes.

Quiero dejar constancia de estos días aciagos llenos de inseguridades y temores por el coronavirus. Haré un seguimiento especial de la ciudad de Nueva York --donde habitualmente resido, y donde he estado recluido junto con mi esposa desde el 8 de marzo de 2020-- y también de mi país, México, donde viven dos de mis hijos y la mayor parte de mi familia directa. Asimismo, agregaré alguna información de Sydney, Australia, donde vive una de mis hijas.

Será un ejercicio libre, con notas y comentarios de los temas que surjan o me interesen, no necesariamente relacionados con la pandemia; un recuento del día a día desde mi perspectiva, que al final pueda ofrecer una imagen de conjunto del tiempo que me ha tocado vivir. Cuando sea necesario precisar datos, citaré fuentes de información confiable o verificada. Espero, con suerte, dentro de algunos años volver a este reporte personal de este periodo oscuro de nuestro planeta y obtener alguna reflexión que pueda ser útil.

Para entonces supongo que ya habremos superado las desgracias que ahorita solamente se asoman de este lado del mundo. En China, en Italia y en España los muertos han sido ya miles, la capacidad de respuesta de sus gobiernos rebasada, aunque en esos lugares la "curva" de la epidemia empieza a descender o a "aplanarse". De alguna manera no hemos sido tan vulnerados en Nueva York. La esperanza de continuar así es poca, pero sin duda la mantenemos.

Nueva York nunca ha sido silencioso. El volumen de las sirenas de bomberos y ambulancias es particularmente alto y las emergencias son la constante aquí. Incluso en este periodo de cuarentena, desde la altura de mi piso escucho a cada tanto esos estridentes sonidos abriéndose paso por las avenidas, como en cualquier día normal de esta ciudad. ¿Dónde será ahora el incendio, por qué el accidente si el noventa por ciento de nosotros estamos en reclusión voluntaria? Alcanzo a ver las torretas parpadeando por la Sexta Avenida, pasando Herald Square, y perdiéndose subiendo hacia Central Park.

Antier salí a la calle para comprar algunos víveres. Extremé precauciones y tomé nota mental: debía abstenerme de tocarme la cara mientras estuviese afuera. El doorman, con los guantes puestos, me abrió el paso a la mañana fría de Manhattan. Apenas di vuelta a la esquina del edificio, me rebasaron dos personas caminando, una de ellas iba fumando.

Sin desearlo tomé una bocanada profunda del humo del cigarrillo y me sobresalté pensando que podría provenir de unos pulmones infectados. ¡Maldita sea! Haberme cuidado tanto las dos últimas semanas para venir a contraer la enfermedad de la manera más estúpida. Me tranquilicé, confieso que no del todo, al recordar que este virus no resiste temperaturas mayores a los 26 centígrados. El humo era cálido, provenía de un cigarrillo encendido, el interior de un cuerpo debería estar a 36.5 grados...

Con suerte eso será suficiente, lo sabré en dos semanas si es que antes no me he contagiado con la manija de una canastilla infectada o al agarrar un frasco de mermelada en la tienda. El demonio vive por doce horas adherido a las superficies planas, en especial de metales y vidrios. En todo eso pensamos.
 
Apenas es el viernes. Veo con preocupación los datos y las gráficas en la página mundial acerca de la pandemia. De ayer a hoy hay miles y miles más de contagiados y muertos. Se siente miedo, no importa que uno esté sano.

Cuento del caeme-bien:

Sí, ya sé que te acabas de despertar y con fastidio recuerdas que el coronavirus ronda por el mundo, que el cielo en Manhattan hoy seguirá gris aunque estaremos a 26 bochornosos grados, con lluvia. Y que estarás emparedada un día más.

¡Pero amor, estás conmigo! Qué afortunada eres.

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Que a partir del domingo empieza el verdadero encierro, dicen. Por más que uno quiere no se le ve la cresta a esta ola, seguimos cuesta arriba. Escucho que de ayer a hoy pasamos de 4000 a 8000 casos confirmados en el estado.

21 de marzo, sábado.

Así amanecen las estadísticas...la gráfica de la parte inferior derecha es inquietante. Mientras que China, Corea del Sur y Singapur han logrado contener el virus aplicando cientos de miles de pruebas para detectar y aislar a los portadores asintomáticos, en Europa y Estados Unidos no ha habido esa rapidez ni la capacidad para actuar sistemáticamente, y nuestra curva continúa ascendiendo punto a punto cada día.


miércoles, 13 de febrero de 2019

AND THEN magazine. Volume 20, 2019



Published in NYC since 1987, And Then is a subscriber supported magazine which contains poems, drawings, photographs and short prose narratives.

Robert Roth is the co-creator and co-editor of this literary magazine. He is a writer who lives in New York City and he is also the author of the books Health Proxy and Book of Pieces.

In a world where electronic magazines dominate wildly over printed matter, Robert Roth and his team have had the patience to gather more than 100 writers, illustrators  photographers and musicians from New York City and beyond, to compose the printed magazine And ThenVolume 202019. A piece that will be an enduring testimony of this moment in one of the most fascinating cultural scenarios. 

I appreciate very much they had included my poem "Power lines", along with the work of fine poets like Art Gatti, Bernard Block, Eugene Hyon, Thaddeus Rutkowski, Diane Block and many more.


Publicada en Nueva York desde 1987, And Then es una revista de suscriptores que contiene poemas, dibujos, fotografías y narraciones breves en prosa.

Robert Roth es el co-creador y coeditor de esta revista literaria. Él es un escritor que vive en la ciudad de Nueva York, y es autor de los libros Health Proxy y Book of Pieces.

En un mundo donde las revistas electrónicas dominan en forma creciente sobre los materiales impresos, Robert Roth y su equipo han tenido la paciencia de reunir a más de 100 escritores, fotógrafos, ilustradores y músicos de la ciudad de Nueva York y de más allá, para armar la revista en papel And Then, Volumen 20, 2019. Una pieza que será testimonio perdurable de este momento en uno de los escenarios culturales más fascinantes.

Aprecio mucho que hayan incluido mi poema "Power Lines", junto con el trabajo de excelentes poetas como Art Gatti, Bernard Block, Eugene Hyon, Thaddeus Rutkowski, Diane Block y muchos más.

sábado, 9 de febrero de 2019

¡Si el poeta eres tú!

Propones. Te equivocas. Corriges. Sigues las reglas. Te las saltas. Fijas tus reglas. Las cambias. Vas a tu ritmo. Te detienes. Fijas prioridades. Improvisas. Empiezas por lo menos importante. Abandonas. Regresas. Comienzas de nuevo. Te levantas temprano. Te desvelas. Decides no seguir. Inventas. Consultas. Te informas. Te informan. Mientes. Concedes. Te rindes. Atacas otra vez. Sabes lo que quieres. No lo sabes. Te engañas a ti mismo. Que siempre sí. Que siempre no. Mejor acá. Mejor allá. De un plumazo quitas algo que ya servía. La regaste. Te contradices. Te repites. Por mera tenacidad triunfas en algunas —muy pocas, contadas— ocasiones.

Así se escribe poesía. 

Pero nadie debería gobernar un país de esa manera.

martes, 13 de febrero de 2018

CARLOS SANTIBÁÑEZ - Por nada

Ayer lunes 12 de febrero de 2018 falleció en su casa de la Ciudad de México mi querido amigo el poeta Carlos Santibáñez.

La mejor manera de recordarlo es leer lo que escribió, pues su vida estaba hecha de y para la literatura.

Transcribo a continuación uno de sus poemas, incluido en su obra Ofrezca un libro de piel (Ediciones Coyoacán, México, 2005).




POR NADA

Doy las gracias
a aquel
que ha querido ser
yo
hasta decir ¡basta!
hace un momento...

Al dios domesticado
que andaba 
conmigo con nosotros.

Metido en la covacha
del cráneo
yo también he sacado
--como Lisle--
la vergüenza de ser hombre.

Mi manojo de versos
impúdicos.

A la sombra que merece el elogio
Gracias por Borges

A los atardeceres amenos
Por Sogi: maestro de la estrofa

encadenada al punto de intersección
del poema; encendidos

con la mente en la gran Nada
aspirando el aroma del incienso.

A la altura de la sutra monótona
como humildes acólitos

Damos gracias por Basho
que conoció el relámpago

Parado delante de todo
sin tambalearse a modo de Miss Lowell

A la calma que viene por la senda
ligeramente blanca

Como una carcajada remota
Por la nieve que cae en la cabeza

Con la melancolía del ayer

Que ya no existe.

A los resortes de la noche gracias
Por este fin de sueño que es la vida

Por la crispada serenidad de Chár

A las especies muertas silenciosas
Por todo el alboroto de aquel tiempo

Por los huesos aquellos de Montale

A la rotunda claridad del alba
Por la presencia tácita de Pound

En esta divertida orgía de fantasmas
como sueño que sueña aquel gusano

A la luna esta noche
Por un escalofrío
blanquísimo.


domingo, 3 de diciembre de 2017

RIVERSIDE POETS ANTHOLOGY 2017


Thanks to a team led by Anthony Moscini and Norma Levy, and with the editorial contributions of Art Gatti, Peggy Murphy, Barbara Newsome, Jessica Nooney, Paul Oratofsky, Janet Restino, Carolyn Reus, Kristin Robie, Naomi Serviss, Fred Simpson and Susan Weiman, yesterday it was presented the 17th Volume of the Riverside Poets Anthology at the Riverside New York Public Library, followed by a reception at Anthony Moscini's place.

I appreciate very much the editors had selected three of my poems written at the weekly workshops held along 2017, to include them in this anthology. 

The book, which contains "selections from the works of (45) free-thinking poets" from New York City, is now available in Amazon through the following link: